Gestionando las emociones
Cuando todo parece descontrolarse.
El diccionario de la Real Academia Española define, en una de sus acepciones al adjetivo LOCO como “Dicho de cualquier aparato o dispositivo: Que funciona descontroladamente”.
Esta definición de la locura me hace reflexionar acerca de varias situaciones de lo cotidiano que se me aparecen como perfectas metáforas de situaciones relacionadas con nuestro “ser humanos”.
Cuando decimos “el tornillo gira loco”, “la brújula se volvió loca” o “el tiempo está loco”, nos referimos a situaciones en las que no pareciera existir una dirección de acción definida.
Ello me lleva a pensar en cuántas veces los seres humanos atravesamos situaciones similares.
¿Cuántas veces sentimos que una parte de nuestra vida no está direccionada como nos gustaría?
¿Qué cosas se nos están pasando por alto para poder darle a nuestra vida la dirección que deseamos?
Muchas veces, cuando estamos en situaciones que parecieran no estar tomando la dirección que esperábamos o que quisiéramos, sentimos que nos estamos volviendo locos, que hemos perdido la razón, que no encontramos una dirección, y entonces, un cúmulo de emociones nos invade, angustia, ansiedad, tristeza, desgano…
La buena noticia es que a estas emociones podemos gestionarlas de forma tal que se conviertan en una energía dirigida hacia la acción que nos ayude a que las cosas sucedan.
Es perfectamente humano sentir estas emociones, y lo primero que debemos hacer para gestionarlas es aceptarlas y adueñarnos de ellas. Para esto es imprescindible hacernos cargo de esas emociones e identificar cuáles son los pensamientos que las están generando.
Pensamientos del tipo “no puedo”, “no sé hacerlo”, “no voy a hacerlo bien” o “no sirvo para esto”, generan un estado emocional auto destructivo que si no es gestionado adecuadamente puede, inclusive, llevarnos hasta la depresión clínica.
Por otra parte, los pensamientos positivos (no necesariamente alegres), son siempre causa de emociones constructivas.
Con esto dicho, podemos comenzar a pensar que existe un “Diseño racional de los estados de ánimo” que surge al modificar los pensamientos negativos por otros constructivos.
Usted podrá decir… “Ah, esto suena fantástico pero ¿cómo hago para aplicarlo?”
El primer paso para poder transformar sus pensamientos destructivos en pensamientos constructivos es simplemente conectarse con usted mismo e identificar esos pensamientos.
Algunas preguntas que pueden ayudarle a conectarse son:
¿Qué cosas percibo del entorno? ¿Qué veo? ¿Qué me dicen?
¿Qué pensamientos me disparan mis percepciones?
Una vez que hemos conseguido identificar y aislar esos pensamientos es importante tomarnos un tiempo para conectarnos con las emociones que éstos disparan. Para ello es importante preguntarse y tratar de identificar qué emociones o sentimientos tenemos en el momento en que tomamos contacto con esos pensamientos.
Finalmente, para conocernos aún más y poder cambiar el rumbo de acción, debemos identificar que es lo que habitualmente hacemos (acción) a partir de esos sentimientos:
¿Qué hago a partir de lo que siento? ¿Cómo actúo? ¿Qué resultados suelo obtener? ¿Estoy satisfecho con ellos?
Seamos realistas: en los tiempos que corren conectarse con las propias emociones no siempre es sencillo y, como todo hábito, lleva un tiempo adquirir la habilidad de hacerlo, pero mediante estas sencillas preguntas podemos comenzar a recorrer el camino.
¿Porqué es importante conocerse y re-conocerse?
Es importante porque sólo conociéndonos a nosotros mismos podemos identificar cuáles son las herramientas que estamos necesitando cuando queremos modificar una situación o conducta para obtener resultados diferentes.
Imagínese conducir un automóvil por primera vez. Imagínese que aún no sabe qué es exactamente lo que indica cada uno de los relojes del tablero, ellos están ahí por cierto, cumpliendo sus funciones, pero si usted no sabe qué es lo que cada uno de ellos le indica… ¿Cómo sabrá cuando hay que cargar gasolina o agregar agua al radiador? Necesitará aprender a conocer a su automóvil para poder conducirlo y llegar al destino deseado.
Lo mismo sucede con nuestros pensamientos y nuestras emociones que nos llevan a una u otra determinada acción: necesitamos conocernos y re-conocernos para poder llegar al destino deseado.
Los invito a que reflexionen acerca de este artículo y nos brinden sus comentarios.
Perfil de la autora:
Marité Rybka Licenciada en Relaciones Laborales, egresada de la Universidad de Buenos Aires, y Máster en Coaching Organizacional de la Universidad del Salvador. A lo largo de su carrera se ha desempeñado tanto en organismos públicos como en organizaciones privadas en el área de desarrollo del talento humano.
Actualmente reside en La Plata, y es la Directora y fundadora de su propia Escuela de Desarrollo Humano y Empresarial EDHE, además de desempeñarse en el ámbito privado como Coach Organizacional e individual y consultora de empresas en temas relacionados con habilidades blandas.
Para contactar a la autora favor enviar email a info@agilonline.com.ar y recibirán toda la información necesaria para el mismo.